Gurutz Linazasoro, neurólogo en Policlínica Gipuzkoa subraya que «las adicciones están relacionadas con el circuito de recompensa o circuito del placer, un circuito cerebral que todos tenemos, porque es vital para la supervivencia y la transmisión de genes a la descendencia». Hace una llamada de atención sobre lo que él denomina «un tipo de adicción especial, que cada vez se está labrando más protagonismo entre nuestra sociedad y que es la adicción a las redes sociales y a las nuevas tecnologías»
El pasado 15 de noviembre fue el Día Mundial sin Alcohol, una droga legalmente aceptada, pero con graves consecuencias para la salud, según afirma el neurólogo Gurutz Linazasoro. El director del Programa de Terapias Avanzadas de Parkinson y Alzheimer de Policlínica Gipuzkoa, destaca que “el circuito cerebral de recompensa, que también tienen los animales, está mediado por un neurotransmisor que se llama dopamina y que se activa ante situaciones placenteras, por ejemplo, cuando comemos o tenemos relaciones sexuales”.
“En las personas adictas, la función del circuito de recompensa es secuestrada por la droga que produce la adicción”, resalta Linazasoro. Las drogas satisfacen enseguida la necesidad de placer y al inundar todo el sistema de dopamina “hacen que empiece a funcionar mal”, afirma.
Para Linazasoro no cabe duda que “con la COVID-19 está produciéndose un incremento de las conductas adictivas, fundamentalmente en personas ya adictas a ciertas substancias, que se han asociado a problemas de relación porque, no es lo mismo estar encerrado en casa que pasar el día en la calle”.
Gurutz Linazasoro quiere hacer una llamada de atención sobre lo que él denomina “un tipo de adicción especial, que cada vez se está labrando más protagonismo entre nuestra sociedad y que es la adicción a las redes sociales y a las nuevas tecnologías”.
Linazasoro, que ha sido premiado tres veces con el Premio Parkinson al mejor proyecto de investigación, junto con el premio al mejor trabajo de educación de la Sociedad Española de Neurología (2008) y el premio de investigación científica en Parkinson (2009), considera que la causa de las adicciones es multifactorial: “hay un factor genético, un factor biológico y factores sociales y culturales”. No obstante, subraya que “el tener una cierta predisposición genética aumenta nuestra predisposición a cualquier tipo de adicción, porque incrementa nuestra tendencia a la búsqueda del riesgo”. Según describe el doctor son personas con personalidades predefinidas a las que les gustan las conductas de búsqueda, de novedad, “y esto hace más fácil caer en cualquier adicción, concluye Linazasoro.
Las drogas tienen efectos agudos o crónicos sobre la función cerebral, explica el neurólogo de Policlínica Gipuzkoa. Y profundiza señalando que, por ejemplo, “en el alcohol el efecto agudo sería la borrachera, donde cambia el estado de ánimo, pero los efectos crónicos serían el daño que se produce en el cerebro y las neuronas, sobre todo en el área que tiene que ver con la memoria y esto puede traducirse en demencia”. “Lo mismo puede decirse de otras dogas psicoactivas -afirma- como el cannabis, que está relacionado con episodios de psicosis en adolescentes o la cocaína con el ictus y algunas demencias”, sostiene el neurólogo Gurutz Linazasoro.
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«Durante la COVID-19 hemos asistido a un incremento de conductas adictivas» Dr. Linazasoro
Fuente Comunicae