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«Salvemos Iza-Gulina Bizirik» convoca una caminata para denunciar el impacto ambiental del TAV

La marcha se presenta como una forma de conectar con la tierra, sentir el impacto que estas construcciones tienen en los paisajes

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  • Imagen de Ochovi

La Asociación «Salvemos Iza-Gulina Bizirik» ha convocado una caminata este sábado 5 de octubre por los montes y pueblos de la zona, una iniciativa que busca visibilizar las consecuencias del avance del Tren de Alta Velocidad (TAV) y las líneas de alta tensión que atraviesan la comarca. La caminata comenzará a las 10:30 en Ochovi, municipio de Iza, y recorrerá algunos de los rincones más emblemáticos de la región, donde los participantes podrán conocer de primera mano las áreas afectadas por los proyectos de infraestructura. La marcha se presenta como una forma de conectar con la tierra, sentir el impacto que estas construcciones tienen en los paisajes y denunciar cómo alteran la vida rural.

Caminata contra el TAV y las líneas de alta tension

Según los organizadores, esta no es una protesta habitual en la que se ofrezcan solo cifras o declaraciones formales. En cambio, el objetivo es que los asistentes experimenten la naturaleza y el entorno, comprendiendo cómo estos proyectos imponen una amenaza a la preservación de un estilo de vida rural que ha perdurado durante generaciones. En palabras de la organización: «Queremos que veáis con vuestros propios ojos el dolor de la tierra. Caminareis con nosotras entre caminos que guardan siglos de historia, bajo un cielo que ha presenciado generaciones que han vivido en armonía con el entorno». Las comunidades locales están profundamente preocupadas por los efectos del TAV y las líneas de alta tensión. La introducción de estas infraestructuras se percibe como una amenaza directa a los valores tradicionales y a la sostenibilidad de los entornos rurales de la región. La asociación organizadora argumenta que los proyectos dividen los montes y ponen en peligro tanto la biodiversidad como la identidad de los pueblos afectados.

El impacto ambiental preocupa

La iniciativa de la caminata no solo se centra en la defensa del medio ambiente, sino también en la reivindicación de la vida rural. «Nos duele lo que le están haciendo a nuestra tierra», manifiestan desde la organización.

El acto se plantea como una forma de protesta pacífica y un homenaje a los ancestros que trabajaron la tierra, creando un vínculo duradero entre el ser humano y la naturaleza. La caminata ofrece la posibilidad de conocer las amenazas que enfrenta la región de Iza, pero también de celebrar su cultura y legado.

Durante el recorrido, los participantes podrán escuchar el silencio que será en el futuro interrumpido por las obras además de sentir el viento que ha soplado durante siglos sobre los campos.

La asociación espera que la experiencia inspire a más personas a tomar conciencia del daño que estos proyectos pueden causar y a sumar esfuerzos en la lucha por su preservación. La caminata también servirá como un espacio para compartir historias y vivencias, generando un sentimiento colectivo de resistencia.

El TAV y las líneas de alta tensión no son vistos solo como proyectos de infraestructura por los habitantes de Iza. Para ellos, representan cicatrices que dividen los paisajes y destruyen la identidad de los pueblos. La asociación argumenta que estas obras, que en nombre del progreso justifican la intervención en la naturaleza, alteran irreversiblemente el equilibrio que ha existido durante siglos en la zona. Al final del evento, los asistentes podrán intercambiar reflexiones sobre lo que han vivido durante la caminata, compartiendo impresiones y posibles acciones futuras.

La Asociación «Salvemos Iza-Gulina Bizirik» espera que la actividad se convierta en un símbolo de la lucha en defensa del entorno natural y del estilo de vida rural que está en peligro. El acto culminará con una charla final en la que se discutirá cómo seguir resistiendo frente a la expansión de estas infraestructuras. La caminata servirá como un recordatorio de lo que está en juego. «Es un grito colectivo de quienes no queremos ver desaparecer nuestras raíces», afirman desde la organización.

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