La selección de España ya está en los cuartos de final encadenando cuatro triunfos consecutivos por primera vez en la historia de la Eurocopa, siendo el último de ellos hasta la fecha el que más ha hecho sudar a los internacionales.
De inicio, Luis de la Fuente retomaba el mismo once que se impuso la pasada semana a Italia en Gelsenkirchen y, como entonces, la Selección ha salido decidida a ir a por el partido tocando a zafarrancho de combate en cuanto ha sonado el silbatazo.
El chaparrón de juego, acorde con el meteorológico, no se hacía esperar con los extremos haciendo su trabajo vertical y Pedri entonado en el centro para rozar el gol a los cinco minutos.
El gigante Mamardashvili sacaba sus manoplas a pasear en un cabezazo de Carvajal y en un disparo de Fabián con España acosando la portería caucásica.
Parecía que el derribo del muro rival era inminente, pero entonces sucedió algo habitual de estos torneos que ponía la eliminatoria cuesta arriba en forma de rápido contraataque georgiano con centro envenenado del lateral Kakabadze que rebotaba en Robin Le Normand y se introducía mansamente en la portería española.
Era la prueba de carácter necesaria para un equipo con su meta inmaculada hasta la fecha y a fe que los internacionales han estado muy por encima de las circunstancias.
España ha monopolizado la posesión con un 73% y ha rematado trece veces a la portería rival por ninguna de los georgianos
Entre todos los hombres, la figura del mediocampista Rodrigo Hernández, elegido como mejor futbolista de la eliminatoria, ha sobresalido a la hora de pedir calma para frenar los contragolpes georgianos y, antes del descanso, para ejecutar el empate con un soberbio zurdazo a centro de Nico Williams.
Era el bálsamo que necesitaba la fiera herida en la que la Selección se convertía para resurgir con toda su letal fiereza tras la reanudación.
Sin concesiones, los de Luis de la Fuente no han cejado ni un segundo en imprimirle verticalidad a las eliminatoriahasta que ésta ha caído rendida por su propio peso con los extremos, otra vez clave en el triunfo.
Lamine Yamal poniéndole un balón medido a la cabeza de Fabián Ruiz primero y Nico Williams marcándose un eslalon memorable con trallazo final después han acabado con la resistencia georgiana en Colonia.
Faltaba la aportación de los cambios con un antológico Dani Olmo cerrando con su pierna izquierda estos caudalosos, en agua y emociones, octavos de final.
Ahora, la anfitriona Alemania espera el viernes en Stuttgart para romper de una vez por todas con la maldición que a España le pesa frente a los anfitriones en mundiales y eurocopas. El próximo reto de esta prodigiosa generación queda ya flotando el viento.
Fuente: RFEF