ALICANTE, 27 (EUROPA PRESS)
Agentes de la Policía Nacional han localizado a 59 víctimas de una estafa perpetrada por una red criminal, desarticulada hace un año en Alcoi (Alicante), en la que se suplantaban identidades para abrir cuentas bancarias online, utilizadas después para cometer estafas por internet.
Los policías han conseguido, después de un año de investigación, localizar a un total de 59 víctimas que fueron estafadas a través de transferencias bancarias realizadas a las cuentas fraudulentas facilitadas por la organización. La cantidad presuntamente defraudada por esta organización asciende a más de 100.000 euros, según ha informado la Jefatura en un comunicado.
Los hechos se remontan a febrero del pasado año, cuando agentes de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría Local de Alcoi iniciaron una investigación sobre una célula criminal formada por cuatro individuos, tres hombre y una mujer, presuntamente especializados en usurpar identidades de terceras personas, abrir cuentas bancarias a su nombre y utilizarlas para perpetrar toda clase de estafas utilizando medios telemáticos.
Por ello, a todos los detenidos se les imputaron presuntos delitos de estafa, usurpación del estado civil, descubrimiento y revelación de Secretos, falsedad documental y pertenencia a grupo criminal.
Al parecer, los ahora detenidos contactaban con las víctimas mediante portales webs especializados en alquileres vacacionales y una vez obtenían su documentación abrían cuentas bancarias para cometer estafas por internet
El modus operandi de esta organización criminal consistía en contactar con las víctimas mediante portales webs especializados en alquileres vacacionales de viviendas. Los presuntos estafadores se interesaban por los anuncios que ofertaban, negociaban las cantidades a abonar por su alquiler y se solicitaba al término de las negociaciones intercambiar fotografías de sus documentaciones personales para formalizar la transacción.
En la mayoría de los casos, las víctimas accedían a ello y remitían su documentación de forma telemática mediante distintas aplicaciones de mensajería.
Una vez los autores tenían en su poder fotografías de la documentación personal de estas personas, abrían por internet, sin su conocimiento, cuentas bancarias en diversas entidades. Activaban dichas cuentas en sus respectivas Bancas Online con unos números de teléfonos que habían contratado previamente con otras identidades ficticias.
A continuación, remitían las tarjetas SIM telefónicas a su país de origen, Rumanía, mediante una empresa de mensajería, donde las utilizaban para operar con las cuentas.
Una vez poseían el control absoluto de las cuentas bancarias, los estafadores las utilizaban para cometer estafas por internet, centradas sobre todo en los alquileres vacacionales, para lo cual insertaban anuncios con precios muy atractivos en páginas especializadas al objeto de atraer un mayor número de víctimas.
Los perjudicados, una vez pactadas las cantidades oportunas, abonaban la reserva en un número de cuenta bancaria que le proporcionaba el Grupo Criminal, tratándose de una de las que habían abierto de forma fraudulenta. Las víctimas, una vez se percataban del engaño, interponían la pertinente denuncia.
De este modo, la víctima a la que habían suplantado su identidad se convertía en principal sospechosa de cometer la estafa ya que su nombre figuraba como titular de la cuenta bancaria
Una vez realizada la oportuna investigación, y tras haberse judicializado la causa en muchos casos, el titular de la cuenta bancaria aparecía como el principal sospechoso de haber cometido el delito y recibía citaciones judiciales para prestar declaración en sede judicial en calidad de investigado por unos hechos de los cuales no tenía ningún conocimiento ni participación.
Gracias a la labor realizada por los investigadores se logró vincular los hechos que se les atribuían a la actividad del grupo criminal.
En el registro domiciliario realizado por los agentes, se hallaron aproximadamente, entre otros indicios, cien tarjetas SIM, utilizadas todas ellas para los fines descritos, así como documentos de identidad españoles falsificados con los datos de dos de los detenidos.
Una vez finalizada la investigación se ha podido identificar un total de 59 víctimas. A la mayoría de ellas les habían usurpado sus identidades y abierto cuentas bancarias a su nombre y las restantes directamente habían sido estafadas.
Por otra parte, se ha podido comprobar que el presunto grupo criminal movía unas cuantiosas cantidades de dinero. Se ha constatado una gran cantidad de transferencias bancarias, por un montante superior a los 100.000 euros.