La AEMET prevé para la Comunidad Foral un invierno con temperaturas por encima de la media climatológica y un régimen pluviométrico equilibrado, en contraste con el otoño muy cálido y seco que deja un déficit hídrico notable en embalses al 41% de capacidad.
Este miércoles ha tenido lugar la habitual rueda de prensa de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para el cambio de estación, y sobre el resumen del otoño 2025 en Navarra, donde ha intervenido la delegada de AEMET en navarra, Paloma Castro, que también avanza las perspectivas para el invierno 2025-2026. La estación, astronómicamente se inicia el 21 de diciembre a las 16:03 horas y se extenderá hasta el 20 de marzo.
Según los pronósticos estacionales del sistema multi-modelo C3S —que integra centros como ECMWF, Met Office o Météo-France—, la categoría más probable para temperaturas en diciembre-enero-febrero es "cálida", con probabilidades superiores al 60-70% en el tercio superior respecto a los terciles climatológicos, especialmente en el norte de España. Para las precipitaciones, se apunta a un escenario "normal" con un 33% de probabilidad en el tercio central, sin sesgos claros hacia sequía o exceso, aunque mapas de anomalías sugieren acumulaciones moderadas del orden de 200 mm en las semanas navideñas.
Este avance llega tras un otoño excepcionalmente anómalo, con temperaturas medias de 13,9 ºC (+0,9 ºC de anomalía en Navarra) y precipitaciones al 71% de la normal (déficit de 76 mm), clasificado como muy cálido y muy seco, el decimoquinto más árido desde 1961. En Pamplona-Aeropuerto, septiembre fue normal pero muy seco (47% de lluvia), octubre cálido y muy seco (34%), y noviembre cálido pero húmedo (113%), con eventos destacados como las nevadas del 20-21 en Pirineo —hasta 5-10 cm, cortes de luz en Roncal— y rachas de viento por encima de 90 km/h en Isaba o Roncesvalles. Los embalses navarros están al 41% (418 hm³), por debajo del 54% nacional y del 78% de media decenal, agravando la sequía heredada.
Para las próximas semanas, las previsiones detalladas indican un arranque invernal inestable desde el 17 de diciembre, con cota de nieve entre 900-1800 m en Pirineo y vertiente cantábrica, temperaturas diurnas de 6-15 ºC y probabilidades de precipitación crecientes hasta el 95% hacia el 23, evolucionando a un patrón más anticiclónico en Navidad.
En zonas como Isaba, Baztán o Pamplona, se esperan mínimas bajo cero y máximas suaves, con vientos moderados del sur y sureste. Climatológicamente en Pamplona, el invierno promedia 7 ºC de temperatura, 57 mm mensuales en enero y hasta 9 días de helada, pero las tendencias globales apuntan a un trimestre más benigno térmicamente. Este contexto subraya la necesidad de vigilancia hidrológica en una Navarra que acumula en el año natural un carácter cálido y ligeramente seco, con 769 mm de lluvia hasta noviembre frente a 620 mm normales.








