El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sorprendido este viernes con un giro inesperado en la crisis del decreto ómnibus. En un tono serio Sánchez ha anunciado que su ejecutivo volverá a presentar el polémico decreto, rechazado la semana pasada en el Congreso, y ha lanzado un órdago directo a las formaciones que votaron en contra, especialmente a Junts.
“Lo que no puede ser es que tengamos a grupos parlamentarios que causan dolor social”, ha declarado Sánchez, en una clara alusión a los partidos que tumbaron el decreto. El presidente ha acusado a la oposición de votar en contra “porque quieren causar dolor social”, y ha cuestionado la lógica política detrás de esta decisión.
En un intento de presionar a los grupos disidentes, Sánchez ha apelado a la “responsabilidad” y al “sentido común”, argumentando que el decreto es “un escudo social que se necesita en nuestro país”. Ha enfatizado que el objetivo del Gobierno es “redistribuir los frutos del crecimiento en favor de la mayoría social”.
El presidente ha defendido la necesidad de aprobar el decreto en su totalidad, rechazando la idea de fragmentarlo en medidas individuales. “¿Y el transporte público gratuito? ¿Y las ayudas a los municipios afectados por la DANA? Es que el decreto incluye medidas contra los desahucios”, ha explicado, subrayando la amplitud de las medidas sociales contenidas en el texto.
En un movimiento arriesgado, Sánchez ha puesto el foco en la actitud irresponsable del Partido Popular, señalando que “con una abstención del PP hubiera salido adelante”.
Con todo, la estrategia parece buscar dividir a la oposición y presionar tanto al PP como a Junts, con quien negociarán directamente de nuevo según han publicado varios medios, para que reconsideren su posición.
El anuncio de Sánchez marca un punto de inflexión en la crisis política, dejando claro que el Gobierno no cederá en su intento de aprobar el decreto ómnibus. La pelota está ahora en el tejado de la oposición, que deberá decidir si mantiene su rechazo o negocia con el ejecutivo para evitar lo que Sánchez ha denominado como “anti política” y “oposición destructiva”.