Más de un centenar de profesionales sanitarios se dieron cita este jueves, 7 de noviembre, en la XXV Jornada Técnica: Supervivientes de cáncer, organizada por la Asociación Española Contra el Cáncer en Navarra, que se celebró en el Colegio Oficial de Médicos de Navarra. Este evento reunió a expertos en oncología, medicina familiar, psicología y atención primaria, para abordar los retos y las necesidades de los supervivientes de cáncer y sus familias.
Los encargados de abrir la jornada fueron Juan Franco, presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer en Navarra y Leire Arbea, médico especializada en cuidados paliativos en la Clínica Universidad de Navarra. En la apertura, Franco quiso agradecer al Colegio Oficial de Médicos de Navarra por la cesión de sus instalaciones y deseó que los aprendizajes adquiridos durante la jornada “tengan una repercusión en un mejor grado de calidad de atención a los pacientes oncológicos, si cabe, en Navarra”. Por su parte, Arbea destacó que la jornada técnica en Navarra organizada por la Asociación cumplía “25 años de trabajo y compromiso en los que de forma paralela ha habido potentes avances en la detección, diagnóstico y tratamiento oncológico, y por lo que hoy tenemos más supervivientes de cáncer”. Debido a esto, la Asociación Española Contra el Cáncer en Navarra quiso alinear esta XXV Jornada Técnica con los supervivientes de cáncer.
Se profundizó, desde diferentes áreas, cómo mejorar la calidad de vida de los supervivientes oncológicos y cómo apoyarles en esta etapa tan importante. Todas las ponencias contaron con expertos en la materia, pero también contaron con las voces fundamentales en este caso, las de los pacientes. Durante la jornada se les dio voz a través de tres vídeos, con diferentes entrevistas, que se proyectaron antes de cada mesa redonda, para que así todas las personas asistentes pudieran escucharles de primera mano.
La jornada, patrocinada por Johnson and Johnson y GSK, contó con tres mesas redondas divididas por diferentes temáticas: “Superviviente, nuevo paradigma”; “Y después del cáncer ¿qué?”; y por último “¿Qué podemos hacer en nuestra consulta?”
Superviviente, nuevo paradigma
Susana de la Cruz (Oncología médica, HUN) destacó la relevancia de profundizar en la definición y necesidades de los supervivientes de cáncer. Por su parte, Ruth Vera (jefa de Oncología del HUN) explicó que la definición de superviviente ha evolucionado, incluyendo a aquellos que, pese a seguir bajo tratamiento, pueden vivir durante décadas, “ahora podemos decir que la definición de superviviente es la de una persona que ha tenido un cáncer a lo largo de su vida y va a tener necesidades especiales”. Vera destacó que “las necesidades, al margen de las terapias, son muchas y dependen de cada fase”. Y, en este marco, todas las ponentes abogaron por un modelo de cuidados para la persona superviviente. “Navarra necesita un plan”, apuntó Vera. “Tenemos un problema de magnitud muy seria que hay que abordar”.
Marcela Guevara (médica Instituto Navarro de Salud Pública) compartió que en la región se diagnostican alrededor de 4,200 casos de cáncer al año y que aproximadamente 34,000 personas se consideran supervivientes, un 5% de la población.
Usua Lacosta (Atención Primaria SNS), desde su experiencia en Atención Primaria, subrayó la importancia de entender las diferentes etapas de la supervivencia: aguda, extendida y permanente. Explicó que la fase aguda empieza con el diagnóstico, la extendida con la remisión, y la permanente cuando el paciente se considera libre de la enfermedad. Lacosta hizo hincapié en la necesidad de estrategias coordinadas y recursos técnicos y humanos para garantizar un cuidado integral.
Nerea Elizondo (enfermera Universidad de Navarra) puso de relieve el papel crucial de la enfermería en la atención al superviviente. Señaló la importancia de un seguimiento sistemático y coordinado, para evitar que los pacientes se sientan perdidos en el sistema sanitario. Elizondo propuso un enfoque centrado en la colaboración entre atención primaria y especializada, destacando la creación de directrices que contemplen las necesidades tanto del paciente como de su familia.
Y después del cáncer, ¿qué?
Ana Redón (psicooncología, Asociación Española Contra el Cáncer en Navarra) reflexionó sobre el impacto emocional que persiste en los supervivientes, como el miedo a la recaída y la incertidumbre laboral. Redón destacó que “entre el 9 y 10% de las personas que atendemos en consulta en Navarra son supervivientes”.
Sara Crespo (responsable de Trabajo Social, Asociación Española Contra el Cáncer) añadió que la falta de información y apoyo social, así como las dificultades económicas y laborales, son desafíos críticos para los supervivientes.
Y por su parte, Beatriz Álvarez (técnico de Atención jurídico laboral, Asociación Española Contra el Cáncer) abordó los derechos legales y la reciente jurisprudencia que busca proteger a los supervivientes en el ámbito laboral, aunque reconoció las limitaciones en la aplicación de estas medidas.
¿Qué podemos hacer en nuestra consulta?
Gregorio Ladrón (Licenciado en Actividad física y del deporte) destacó la importancia de evaluar adecuadamente a los supervivientes para evitar esfuerzos innecesarios y lograr una atención adaptada y eficaz.
Andrea Urtasun (Pedriatría, CUN) presentó una propuesta de guía para la implementación de programas de ejercicio físico en pacientes pediátricos oncológicos, enfatizando la relevancia de un seguimiento profesional.
Paula Guerrero (Medicina Atención Primaria, La Rioja) hizo hincapié en la importancia de la sexualidad como parte del bienestar integral en pacientes oncológicos.
Y por su parte, Ana Zugasti (Endocrinología, HUN) subrayó la importancia de la alimentación durante el tratamiento y el post tratamiento oncológico, recordando la relevancia de un enfoque personalizado y basado en evidencias.
La jornada concluyó con la participación de José Rifón (hematología, CUN) y el Consejero de Salud del Gobierno de Navarra, Fernando Domínguez, quienes agradecieron la presencia y la labor de todos los asistentes. Además, Domínguez destacó el compromiso de las administraciones para mejorar la atención a los supervivientes de cáncer, confiando en que los avances en detección y tratamiento seguirán mejorando las tasas de supervivencia.
Sobre la Asociación Española Contra el Cáncer
La Asociación Española Contra el Cáncer es la entidad de referencia en la lucha contra el cáncer desde hace 70 años. Dedica sus esfuerzos a mostrar la realidad del cáncer en España, detectar áreas de mejora y poner en marcha un proceso de transformación social que permita corregirlas para obtener un abordaje del cáncer integral y multidisciplinar. En su ADN está estar al lado de las personas por lo que su trabajo también se orienta a ayudarlas a prevenir el cáncer; estar con ellas y sus familias durante todo el proceso de la enfermedad, si se lo diagnostican; y mejorar su futuro con el impulso a la investigación oncológica. En este sentido, a través de su Fundación Científica, la Asociación aglutina la demanda social de investigación contra el cáncer, financiando por concurso público programas de investigación científica oncológica de calidad. Hoy en día, es la entidad social y privada que más fondos destina a investigar el cáncer: 104 millones de euros en 565 proyectos, en los que participan más de 1.000 investigadores.
La Asociación integra a pacientes, familiares, personas voluntarias y profesionales que trabajan unidos para prevenir, sensibilizar, acompañar a las personas afectadas y financiar proyectos de investigación oncológica que permitirán un mejor diagnóstico y tratamiento del cáncer. Estructurada en 52 Sedes Provinciales, y presente en más de 2.000 localidades españolas, cuenta con más de 30.000 personas voluntarias, más de 500.000 socios y casi 1.000 profesionales.
Durante el 2023, la Asociación Española Contra el Cáncer ha atendido a más de 212.000 personas con sus servicios de atención profesionalizada y acompañamiento voluntario.