Ana María Navarro, profesora del Instituto de Ciencias de la Educación, germen de la actual Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, falleció a los 94 años de edad. Estuvo casada con el catedrático Manuel Ferrer, ya fallecido, de la Facultad de Filosofía y Letras, con quien tuvo seis hijos.
Nacida en Bilbao el 7 de julio de 1929, Ana María Navarro se licenció en Filosofía y Letras, en la sección de Historia, por la Universidad de Zaragoza (1955), y obtuvo el doctorado en Geografía en Madrid (1960). Entre los años 1953 y 1960 trabajó en Zaragoza como profesora ayudante de la cátedra de Geografía y ayudante interina del Instituto de Educación Media Goya.
La profesora Navarro se incorporó a la Universidad de Navarra en 1965 como colaboradora científica del Instituto de Ciencias de la Educación (ICE), siendo miembro de su primera junta directiva. En 1975 fue nombrada directora de programas del ICE, cargo que ocupó hasta 1979. Ana María formó parte del claustro de profesores de este Instituto y, tras su fundación, de la sección de Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Letras (1975) hasta su jubilación, en 1999. Impartió las asignaturas de Sociología de la Educación y Sociología de la Familia.
Fue delegada de España de la "Federación internacional de padres y educadores" (de 1970 a 1973), organismo consultor de la UNESCO y, más adelante, miembro de su consejo directivo. Participó en numerosos congresos nacionales e internacionales y recibió la Medalla de Plata de la Universidad en 1991. Entre sus publicaciones se encuentran Decisiones familiares (Palabra, 1992), La realización de los cónyuges (Palabra, 1992), y Feminismo, familia y mujer (EUNSA,1982).
La profesora Aurora Bernal la describe como una "apasionada de la enseñanza, visionaria en el papel de la mujer en la familia y en el campo profesional. Era exigente en la docencia a la par que amable".
Su colega David Isaacs recuerda que Navarro inició su actividad docente dando clase en el curso 'Capacitación de profesores de bachillerato'. "Fue reconocida especialmente por sus estudios en torno a las relaciones en la familia, además de pionera en utilizar el método del caso en la actividad docente. Siempre dispuesta a ayudar a los demás, prestó atención a todas las personas que acudimos a pedirle consejo".
"Hizo mucho por la Universidad de Navarra y por la institución familiar. Fue admirada por muchas personas, pero el primero fue su marido, el profesor Manuel Ferrer Regales, que me lo manifestó en varias ocasiones", añade Gerardo Castillo, antiguo profesor de la Universidad. "Era una mujer muy inteligente, entrañable, generosa, humilde y buena. Fue un honor y un regalo trabajar y convivir con ella", concluye.
"La profesora Ana María Navarro destacó por su cercanía con quienes fuimos sus alumnos, discípulos y compañeros de profesión. Fue un ejemplo sobre cómo poner el trabajo al servicio de los demás para sacar adelante los estudios de Educación. También con su labor investigadora, su vocación fue ahondar en el estudio de temas relacionados con la familia, y a eso dedicó su carrera, que luego plasmó en su docencia. Siempre sin perder una sonrisa y con actitud permanente de ayudar a los demás", recuerda Concepción Naval, profesora y primera decana de la Facultad de Educación y Psicología.