La sustitución está siendo sufragada con cargo al Programa de Desarrollo Rural de Navarra
El Gobierno de Navarra, en colaboración con entidades locales y propietarios privados, está sustituyendo las plantaciones de Pino insignis por otras especies, ya que la gran mayoría de las repoblaciones de este pino están afectadas por enfermedades producidas por distintos hongos. De las cerca de 4.500 hectáreas de 2012, en 3 o 4 años, solo quedará una superficie residual.
En 2017 existían 2.771 hectáreas pobladas con pino radiata, lo que supone un 0,47% de la superficie forestal total de la Comunidad, un 0,63% de la superficie forestal arbolada y un 2,2% de la superficie de coníferas.
La situación sanitaria actual del pino radiata en la comarca atlántica es consecuencia de la acción de conjunta de varios hongos. Por un lado, el chancro resinoso del pino (Fusarium circinatum) y por otro, las bandas, hongos que afectan a las hojas. La virulenta expansión en los últimos años de estos hongos, banda marrón y banda roja, ha afectado ya a la práctica totalidad de las plantaciones. Un invierno suave y húmedo, seguido de una primavera húmeda en la Navarra Atlántica, ha propiciado que estos dos hongos se hayan disparado a niveles nunca conocidos en nuestros montes. Así, desde inicios de la primavera se ha constatado una aceleración en la enfermedad de estas masas, y actualmente casi todos nuestros pinares de Pino insignis están de color marrón-rojizo.
Dada la gravedad de la enfermedad, desde hace 10 años, los responsables forestales en colaboración con propietarios privados y entidades locales, han tomado medidas para reducir la superficie de esta especie en Navarra, por lo que la afección ya no es tan grave. En las campañas de subvenciones a ayudas a trabajos forestales se priorizan las repoblaciones en zonas con estos problemas, y además el Gobierno de Navarra anualmente acomete dos repoblaciones forestales con especies alternativas en montes castigados por las enfermedades forestales: Etxalar, Goizueta, Leitza, Bera, Baztan, Areso, Lesaka, etc.
Según indican técnicos forestales del Gobierno de Navarra, las medidas curativas ante el ataque de estos hongos son, en la mayoría de los casos, inviables «ya sea técnica o económicamente». Por ello, en las masas muy afectadas, la opción principal está siendo la corta a hecho o matarrasa, para iniciar un nuevo ciclo con otra especie diferente, ya que la normativa actual impide la plantación de pino radiata de nuevo en la zona.
Plan de acción
En concordancia con las entidades locales titulares, los últimos años se han ido eliminando las masas de radiata más afectadas por enfermedades, de forma que existen términos como Goizueta sin pinares de radiata comunales. Esta corta progresiva se ha visto acelerada este año por el agravamiento de la situación.
El Gobierno de Navarra ha sufragado el 100% de coste de eliminación de las masas más afectadas vía Programa de Desarrollo Rural.
Medio Ambiente, en colaboración con las asociaciones el sector Foresna y Ademan y la Oficina Nacional de Bosques de Francia, busca ahora la alternativa más viable y trabaja en la selección de ejemplares resistentes. Se ha comprobado que el Pino laricio también presenta sensibilidad a las bandas.
Se están haciendo ensayos con coníferas como el cedro del Japón y cedro del Atlas, el alerce, abeto Douglas o pino tea. En fase de testado también, pero con buenos resultados preliminares en el caso del abeto rojo y el abeto oriental o tuya del Canadá. En los casos en los que el objetivo productivo no es tan marcado, como en las vaguadas, se está repoblando con especies autóctonas como el roble y el fresno.
Evolución de la superficie
El Pino insignis se encuentra en Navarra casi exclusivamente en la vertiente Cantábrica, generalmente por debajo de los 500 m, muy extendido tanto en plantaciones particulares como en comunales, salvo en la zona de Baztan. Durante los últimos 60 años, ha tenido una importante repercusión económica en la zona, con un tejido empresarial de explotación y transformación arraigado.
De crecimiento muy rápido, puede superar los 15 m3/ha*año, siendo entre las especies alóctonas productivas, la de mayor crecimiento en la zona, con turnos de 30-35 años. Su madera ha sido apreciada inicialmente para celulosa, pero más tarde ha sido utilizada con destinos más nobles como el embalaje, construcción, muebles, etc.
Desde la implantación de la especie en Navarra, su tendencia ha sido creciente hasta finales de la década de los 90. A partir de mediados de la década de 2000, su plantación decae, debido a la detección de enfermedades (Fusarium circinatum) y la normativa de aplicación derivada, que prohíbe la plantación de la especie en zonas con presencia de la enfermedad. En la práctica supone la imposibilidad de emplear la especie en todas aquellas zonas teóricamente aptas o adecuadas climáticamente.
Como consecuencia de la política llevada en la materia la última década, en la actualidad no existen prácticamente plantaciones de pino radiata de menos de 15 años de edad. Por lo tanto, independientemente del grave ataque de hongos foliares actual, la presente especie ya estaba en vías de desaparición en la Comunidad Foral.
Durante el año 2018 se ha autorizado la corta de en torno a 50.000m3, la práctica totalidad a hecho o matarrasa. Se prevé que en los siguientes meses se autorice la corta de otros 15.000-30.000 m3, con lo que la superficie ocupada por la especie, quedará reducida a 2.500ha.