Un terrible accidente aéreo sacudió la capital estadounidense la noche del miércoles cuando un avión de American Airlines colisionó en pleno vuelo con un helicóptero militar Black Hawk cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington D.C. El siniestro, que ocurrió poco antes de las 21:00 hora local, ha dejado un saldo devastador de 67 víctimas mortales.De momento se han rescatado unos 28 cuerpos.
Según informes preliminares, el vuelo 5342 de American Airlines, un jet regional Bombardier CRJ700 operado por PSA Airlines, transportaba 60 pasajeros y 4 miembros de la tripulación desde Wichita, Kansas[2]. El helicóptero militar, por su parte, llevaba a bordo a tres soldados en una misión de entrenamiento.
La colisión se produjo cuando el avión comercial se aproximaba para aterrizar en la pista 33 del aeropuerto Reagan. Testigos presenciales reportaron haber visto "chispas volando" y escuchado fuertes estruendos en el momento del impacto. Una cámara web del Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas capturó el momento exacto de la colisión, mostrando una gran explosión que iluminó el cielo nocturno
Tras el choque, ambas aeronaves se precipitaron al río Potomac, desencadenando una masiva operación de búsqueda y rescate. Las bajas temperaturas del agua y las condiciones climáticas adversas han complicado las labores de los equipos de emergencia.
El jefe del Servicio de Emergencias de Washington, John Donnelly, declaró en una conferencia de prensa: "Es una operación muy compleja. Las condiciones son extremadamente duras para los socorristas. Hace frío y están lidiando con condiciones relativamente ventosas".
Entre las víctimas se encontraban varios miembros de la comunidad de patinaje artístico estadounidense, incluyendo entrenadores y familiares, que regresaban de un campamento de entrenamiento en Wichita[2]. La agencia estatal rusa TASS informó que dos ex campeones mundiales de patinaje artístico, Yevgenia Shishkova y Vadim Naumov, también se encontraban entre los fallecidos.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha iniciado una investigación exhaustiva para determinar las causas del accidente[2]. Expertos señalan que tanto los pilotos del vuelo de American Airlines como los aviadores militares del Black Hawk estaban familiarizados con la compleja navegación en el espacio aéreo de Washington..
Este trágico suceso marca el accidente aéreo comercial más grave en Estados Unidos en más de una década, remontándose al siniestro de Colgan Air en febrero de 2009 cerca de Buffalo, Nueva York, que dejó 50 víctimas.
La noticia ha conmocionado al país y al mundo entero. El presidente Donald Trump expresó sus condolencias y agradeció la labor de los equipos de emergencia[5]. Por su parte, el Kremlin también manifestó sus condolencias a las familias de los ciudadanos rusos fallecidos en el accidente.
Mientras en EEUU se llora esta terrible pérdida, las autoridades continúan trabajando incansablemente para recuperar los restos de las víctimas y esclarecer las circunstancias que llevaron a esta catástrofe aérea en el corazón de la capital estadounidense.
