El 23% de la población de Pamplona, 48.423 personas, es mayor de 65 años, y de ellas, el 59% son mujeres. Además, el 7% de la población tiene 80 años o más. Estos son algunos datos del contexto de partida del Diagnóstico de la situación de las personas mayores en Pamplona, actualizado en 2024 como punto de partida para crear el I Plan de la Persona Mayor. Las conclusiones de este diagnóstico, que supone un primer documento de trabajo, fueron presentadas la semana pasada en la sesión del Consejo Municipal de las Personas Mayores, en el salón de actos de Civivox Condestable.
A partir de aquella reunión, se abre un proceso de recogida de proposiciones dirigido a los y las integrantes del Consejo para tratar de completar, mejorar y acercar lo más posible este diagnóstico a la realidad. Esas aportaciones se valorarán desde el plano técnico y, en su caso, se incorporarán al diagnóstico final que será la base del I Plan. La previsión es que el diagnóstico esté completado en los próximos meses y que los trabajos del Plan concluyan para el otoño. El próximo paso en este proceso será en febrero cuando se realizará una presentación pública a la ciudadanía de las bases del diagnóstico en unas jornadas que versarán sobre "políticas públicas y personas mayores". Así lo ha explicado hoy en rueda de prensa Zaloa Basabe, responsable de Igualdad, Acción Comunitaria, Barrios, Participación Ciudadana y Euskera, aclarando que el objetivo de esa jornada es “incidir en las diferentes realidades de los barrios así como en sus recursos públicos y comunitarios”.
Renta media, con bachiller y que vive sola o en pareja
El de las personas mayores de 65 años es un sector de población con renta neta media por persona de 20.372 euros, pero con una tasa de riesgo de pobreza del 13.5, muy diferente entre hombres (9.5) y mujeres (16.3). El nivel educativo mayoritario, con el 37%, es el Bachiller Elemental – Graduado Escolar (EGB), seguido por Enseñanza Primaria Incompleta, con un 16,83%, y personas con estudios universitarios (diplomados, universidad arquitectura-ingeniería técnica, doctorado…), en torno al 20%. Asimismo, el diagnóstico indica que el barrio en el que más se ha incrementado el índice de vejez respecto a 2020, en un 7%, es Azpilagaña
El documento recoge que el 25,3% de las personas mayores de 65 años viven solas, y el 33,6%, son dos las personas que conviven. En cuanto a la diversidad, el 3,36% de la población mayor, 1.629 personas, es extranjera: un 52% procede de otros países de Europa, seguido de un 38% de América, un 6% de África y un 4% de Asia. Los países con mayor presencia son Bulgaria, Colombia y Ecuador.
Para realizar el diagnóstico, se han analizado normativas y documentos como el padrón, INE, NASTAT y el Observatorio de la Realidad Social, con participación de las Redes de Mayores de los barrios, personal técnico de las Unidades de Barrio y otros perfiles representativos. El diagnóstico se ha centrado en el análisis de ocho parámetros: Espacios al aire libre y edificios, Transporte, Vivienda, Respeto e inclusión social, Participación social, Servicios sociales y salud, Empleo y voluntariado, Comunicación e información.
Valoran el gasto en accesibilidad y servicios públicos, el activismo y el voluntariado
Como puntos fuertes de los espacios al aire libre y edificios y transporte, destacan la mejora de la accesibilidad y la progresiva peatonalización de zonas, las alternativas como escaleras mecánicas, las zonas verdes y la oferta cultural. Las mejoras afectan a aceras en mal estado de conservación, problemas con la velocidad de bicis y patinetes, accesibilidad de algunos edificios y sensación de inseguridad en algunas zonas.
En cuanto a vivienda, se destacan las subvenciones y mejoras realizadas en algunos edificios, y se constata la necesidad de incrementar la accesibilidad de algunos inmuebles, informar sobre rehabilitación, ampliar la oferta pública de vivienda y las plazas en pisos municipales, así como incrementar las actividades realizadas.
En el área de respeto e inclusión social, destaca la implicación activa del vecindario, las redes asociativas de los barrios y la participación de las personas mayores. Como áreas de mejora, se recogen las prácticas de edadismo y la percepción de los mayores como receptores de servicios sin contemplar su papel como agentes activos con mucho que aportar. Así, se sugieren campañas de sensibilización sobre el respeto a los mayores, programas de convivencia intergeneracional en escuelas o charlas de Policía Municipal en centros de mayores.
Para la participación social, los datos muestran un crecimiento de las actividades culturales gratuitas y las redes de mayores, buen nivel de participación de los mayores, y adaptación de las instalaciones municipales. Como aspectos de mejora, se indican la coordinación entre diferentes servicios y la corrección de barreras arquitectónicas, además de proponer un plan de detección de personas en soledad no deseada, reuniones directas con el concejal o concejala de barrio, y la promoción de actividades intergeneracionales.
La percepción del Servicio de Asistencia a Domicilio es positiva, así como la disponibilidad de ayudas, la cercanía de los servicios sociales y los proyectos innovadores de salud. Los aspectos a mejorar en este ámbito son las listas de espera, las dificultades que implica la burocracia y la digitalización, y la alta rotación de profesionales. Se propone personal de atención directa en los centros comunitarios, atención de geriatría en el centro de salud, y facilitar el acceso y uso de la carpeta sanitaria.
Lo más destacado en empleo y voluntariado es el incremento del voluntariado en algunos barrios y la oferta de asociaciones con las que realizar voluntariado con personas mayores. Para mejorar, se propone crear un banco de tiempo, garantizar que todas las personas voluntarias tengan su seguro de responsabilidad civil, y mejorar el servicio de voluntariado, dándolo a conocer y fomentando el relevo.
En el área de comunicación, el diagnóstico valora el uso de medios de comunicación y pantallas para difundir información, pero demanda que sea accesible para personas con dificultades de comprensión y que haya espacio físico para que las personas mayores puedan acudir a informarse. Se propone crear una figura o una oficina de referencia, habilitar un móvil para consultas por Whatsapp y capacitar a las personas cuidadoras para que tengan la información relevante para las personas a su cargo.
Necesidades más destacadas por barrios
Por barrios, en Azpilagaña se valora positivamente la implantación de la Receta deportivo-social e iniciativas de voluntariado, si bien se recoge cierto deterioro del barrio, averías frecuentes en escaleras eléctricas y rampas, falta de espacios para la socialización y situaciones de soledad no deseada. En Rochapea, se destaca la buena conexión del barrio, la existencia del ascensor que facilita la accesibilidad y el tejido asociativo para personas mayores; como aspectos de mejora, se recoge la falta de espacios adecuados para hacer actividades, desigualdades entre diferentes zonas del barrio, cierta sensación de inseguridad y falta de impulso a la actividad comunitaria.
En Lezkairu-Santa María la Real destaca la creación de la primera Red de mayores de la ciudad, existencia de espacios al aire libre para pasear, la labor de la parroquia y el personal de Policía Comunitaria. Se echa en falta un carril bici en ciertos espacios, líneas de transporte, oferta de actividades y una figura que dinamice el barrio. En Txantrea, los aspectos positivos son la buena convivencia vecinal y la riqueza asociativa, la participación activa de personas mayores, y la buena conexión del transporte público. Los aspectos a mejorar son la adecuación de ciertos espacios, la falta de baños públicos, y la estrechez y mal estado de algunas aceras.
En Iturrama destacan los avances en la identificación y reparación de puntos negros, y la creación de iniciativas comunitarias como la Red de Mayores o Atariandia. En este barrio está por mejorar el tránsito de bicis y patinetes, el mobiliario urbano para la interacción entre las personas, la ausencia de taxis en ciertos momentos, y la accesibilidad del centro San Juan Bosco. El barrio de Buztintxuri, más moderno, presenta viviendas accesibles, pero acusa escasez de espacios verdes, semáforos con tiempos cortos, falta de actividades para personas mayores, ciertos problemas de incivismo e inseguridad, y alta rotación de personal en la Unidad de Barrio.
Los aspectos más positivos del Casco Viejo son la amplia oferta de actividades culturales, el esfuerzo por la eliminación de barreras arquitectónicas, las subvenciones para la realización de obras, y la alta participación de personas mayores. Como problema, se indica la escasa iluminación en algunas áreas, ausencia de un centro de día, y barreras arquitectónicas que dificultan la socialización de personas mayores con movilidad reducida. El informe recoge en el Ensanche amplias zonas peatonalizadas, buena conexión con el resto de la ciudad, y ambiente amable con las personas mayores, pero reclama más zonas verdes, el alto coste del servicio de taxis, la escasa sensación de comunidad del barrio, la falta de biblioteca y de plazas en actividades organizadas por la red Civivox.
En Ermitagaña, la fuerte cohesión vecinal es el aspecto más destacado, frente a la denuncia de aceras estrechas y espacios que dificultan la movilidad, la falta de baños públicos y de comunicación entre vecinos/as. En Etxabakoitz, lo mejor es la capacidad de autogestión del barrio, por ejemplo, con el local de mayores y el voluntariado informal del barrio; como puntos de mejora, se indica la carencia de espacios verdes mantenidos, espacios municipales infrautilizados, edificios antiguos, sensación de inseguridad y la inoperatividad del ascensor.
Los edificios antiguos también son un aspecto de mejora en Milagrosa, así como la estructura del barrio, que dificulta la movilidad. Los puntos positivos son mejoras significativas en aceras y pasos de cebra, el mantenimiento de espacios verdes, la buena conexión con las villavesas, buena labor del centro convive y de la Red de Mayores. En San Jorge, se valora la buena conexión de transporte, la labor del Centro Convive y de la asociación de jubilados, y la labor de la asociación de vecinos. Al igual que en otras zonas, se señala la estrechez y mal estado de algunas aceras, falta de baños públicos, problemas de convivencia con las bicis y patinetes, edificios antiguos, y la ubicación del Centro Convive.
En el barrio de San Juan, los aspectos más positivos son la existencia del Pacto del Mayor, el abanico de posibilidades de actividades puntuales y la asistencia sanitaria adecuada; para mejorar se denuncia aislamiento social, falta de espacios accesibles y diseñados para la participación de personas mayores, desigualdades económicas, y necesidad de educar y orientar en los recursos disponibles. En Mendillorri, se valora que no hay conflictos sociales patentes, y entre las dificultades, se indica la propia orografía del barrio, la diferenciación entre las zonas, falta de cohesión comunitaria, aislamiento de los mayores, y grupo muy reducido en la asociación de jubilados.