El profesorado asociado y sustituto de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) denuncia la precaria situación laboral que atraviesan. Actualmente, estos docentes, que representan más del 60 % del total del profesorado en la UPNA y en torno al 50 % de las horas de docencia impartidas, suman 616 personas, según datos del año 2023. Su función principal es impartir clases mientras mantienen otras actividades profesionales fuera del entorno universitario.
Las retribuciones anuales de estos profesionales son extremadamente bajas si se compara con las de los profesores titulares. Por ejemplo, aquellos que imparten 8 horas semanales de docencia y tutorías reciben una remuneración anual de 6.937 euros si son profesores asociados, y de 7.038 euros si son profesores sustitutos.
Esto supone menos del 20 % del salario de un profesor titular de universidad, a pesar de que cubren el 50 % de las horas lectivas. El trabajo de preparación de clases, elaboración de materiales y evaluación continua y final de los estudiantes es realizado por todos los docentes, incluidos los asociados y sustitutos.
Sin embargo, no se les reconoce ni remunera el tiempo dedicado a estas tareas fuera del horario de clases y tutorías. Esta situación convierte a estos profesionales en una opción más económica para la universidad, ya que su coste es de entre 2 y 3 veces menor que el del resto del profesorado a tiempo completo. Una sentencia reciente del Juzgado de lo Social nº 18 de Valencia ha destacado esta discriminación. La resolución, emitida el 17 de abril de 2024, reconoce la igualdad retributiva de estos docentes y la discriminación laboral sufrida por ignorar su labor docente completa. Este fallo judicial obliga a la Universidad de Valencia a remunerar 4 horas de trabajo adicional por cada hora de docencia para cubrir las tareas realizadas que no estaban siendo pagadas. En la UPNA, la desigualdad es aún mayor para el profesorado asociado y sustituto que proviene del sector público.
No se les abonan pagas extras ni antigüedad, lo cual profundiza su situación de precariedad económica. Además, carecen del complemento de méritos individuales docentes, un incentivo que sí se otorga al resto del profesorado una vez que superan la evaluación correspondiente cada cinco años.
La exclusión de estos docentes del seguro de vida que cubre al resto del personal de la UPNA añade otro nivel de discriminación. Esta decisión de la universidad es única en su tipo y agrava aún más la desigualdad que enfrenta este colectivo, dejando sin cobertura a una parte significativa de su personal en un aspecto esencial para la seguridad laboral. En el caso del profesorado asociado en la rama de salud, la situación es aún más delicada.
Sus condiciones laborales están reguladas por un convenio entre el Departamento de Salud del Gobierno de Navarra y la UPNA, que establece que estos contratos siempre serán temporales y renovables cada tres años. Esta limitación contractual impide la estabilidad laboral y la posibilidad de desarrollar una carrera profesional continua dentro de la universidad. Ante esta situación, el profesorado asociado y sustituto de la UPNA, con el apoyo de más de 100 docentes, ha enviado una carta a Rectorado, Comité de Empresa y Gobierno de Navarra, expresando su profundo malestar.
Los firmantes, Fernando Carrasco del Amo, Luis Eduardo Cuartero Calvo, Alfredo Chourraut Aguirre, Marcos Fernández García, Aitor Garralda Iriarte, Jesús María Sánchez-Ostiz Gutiérrez, Eva Lecumberri Goyeneche, Gonzalo Luis Alonso Salinas y Fermín Sagaseta de Ilurdoz Fernández, subrayan que si no se alcanzan acuerdos podrían tomarse medidas que hasta ahora no se habían visto en la UPNA, en un esfuerzo por buscar soluciones que garanticen una posición digna y respetable para este colectivo.
