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Estos son los tipos de tapones para vino que todo amante de la enología debe conocer

En la vida de toda persona que se declara amante de la enología hay muchos momentos especiales. Uno de ellos consiste en olfatear el vino segundos antes de degustarlo, dejando previamente que se oxigene. Antes […]

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En la vida de toda persona que se declara amante de la enología hay muchos momentos especiales. Uno de ellos consiste en olfatear el vino segundos antes de degustarlo, dejando previamente que se oxigene. Antes de este instante, tiene lugar otra acción que también gusta a muchos de ellos. Nos referimos a abrir la botella.

Las bodegas que comercializan sus productos son conscientes de la importancia que adquieren los tapones no solo para proporcionar a los consumidores una buena experiencia de apertura y posterior cierre. Adicionalmente, también son muy relevantes con tal de mantener inalteradas las propiedades de la bebida que venden.

Es por estos motivos que las mejores bodegas optan por fabricantes de tapones en España con mucha experiencia. La dilatada trayectoria que tienen a sus espaldas les lleva a ser capaces de dar forma a tapones que son ideales para botellas de vino y de otros tipos de bebidas: destilados, espumosos, licores y un largo etcétera.

Hoy nos centraremos concretamente en los tapones para botellas de vino. Hablaremos de los diversos tipos que existen, mencionando sus características, así como las ventajas que proporcionan a las bodegas que se decantan por ellas a la hora de embotellar el vino que elaboran en sus instalaciones.

Tapones sintéticos

Empezamos hablando de unos de los tapones para vino que más se han popularizado en los últimos años. Poco a poco va en aumento el número de bodegas que se decantan por embotellar sus vinos con este tipo de tapón. Pero, ¿cuál es el motivo? La lista de razones es amplia.

Lo primero que llama la atención es el cierre tan seguro del que hacen gala. Esto es valorado muy positivamente no solo por los locales de restauración, sino también por el consumidor final, incluyendo particulares que compran las botellas de vino en tiendas especializadas, supermercados u otros comercios.

El retapado de los tapones sintéticos es realmente bueno y, además, tiene lugar sin que surja ni una sola dificultad. Atrás quedan los tiempos en los que retapar una botella se convertía en una quimera.

Tal vez pienses que retapar un vino da pie a que no se conserve todo lo bien que debería, pero con los tapones sintéticos esto no sucede. Y es que el alto nivel de densidad del que hace gala se traduce en que se transfiera una cantidad de oxígeno que es muy pequeña. Así pues, el O2 no pasa factura a las propiedades de dicha bebida.

La hermeticidad y la ausencia del tricloroanisol evitan por completo ese vino cuyo sabor recuerda inevitablemente al corcho.

A todos los aspectos comentados anteriormente hay que sumar otro factor que tienen muy en cuenta las bodegas: las infinitas posibilidades que ofrece el material sintético a la hora de personalizar los tapones.

Lo cierto es que una empresa experimentada es capaz de personalizar cualquier tipo de tapón para botellas de vino, pero en el caso de aquellos que son sintéticos, las opciones aumentan hasta límites insospechados en lo referente a los diseños, colores, etcétera.

Por otra parte, debido a las propiedades del material sintético, el diseño por el que se opta se mantiene intacto por mucho que pase el tiempo. Eso sí, para obtener un resultado tan bueno es fundamental recurrir a uno de los fabricantes de tapones en España que cuentan con sistemas de impresión de muy buena calidad, cuyos resultados se caracterizan por ser resistentes a más no poder.

Quizá al haber sacado a colación tantas ventajas, pienses que todas ellas derivan en tener que pagar más por los tapones sintéticos. Nada más lejos de la realidad: si los comparamos con los que están fabricados con corcho natural, el precio a asumir es más bajo. Por ende, no es de extrañar que cada vez más bodegas recurran a ellos.Otros tipos de tapones

En anteriores párrafos hemos mencionado otro tipo de tapón que no puede pasarse por alto: el de corcho natural. El árbol conocido como alcornoque cuenta con una corteza a partir de la que se obtiene el material que posteriormente se utiliza para elaborarlos. Es la opción preferida por los amantes de la enología que se consideran más tradicionales.

Seguidamente hay que hablar de los que están hechos con corcho aglomerado. También son naturales, pero en este caso los fragmentos pasan a formar un conjunto compacto empleando resinas. Destacan por exigir un menor desembolso en comparación con los anteriores, aunque a cambio ofrecen un peor resultado al cerrar herméticamente la botella.

Más allá del material sintético y del corcho con o sin resinas, también hay otros que se utilizan para fabricar tapones, tales como el metal y el vidrio. Los metálicos se enroscan, dando pie a que la apertura y el cierre resulten maniobras bastante sencillas. Por su parte, los de vidrio son con diferencia los menos asequibles, aunque el nivel de hermeticidad que proporcionan es alto gracias sobre todo a las juntas hechas con goma.

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