Donald Trump ha pronunciado esta noche (hora española) su primer discurso ante el Congreso desde su regreso a la Casa Blanca, en una sesión conjunta marcada por la polarización, declaraciones inexactas y anuncios de políticas proteccionistas que han generado inquietud tanto en Estados Unidos como en sus socios internacionales. Durante más de 90 minutos, el presidente defendió su controvertida agenda mientras legisladores de ambos partidos exhibían visiblemente la fractura política que divide al país.
Un discurso de "misión cumplida" a seis semanas de mandato
"Estados Unidos ha vuelto. Hace seis semanas, me paré bajo la cúpula de este Capitolio y proclamé el amanecer de la Edad de Oro de América. Desde ese momento, no ha habido más que una acción rápida e implacable", declaró Trump al inicio de su intervención. Con un tono que mezclaba triunfalismo y confrontación, el presidente afirmó haber logrado más en poco más de un mes que muchas administraciones anteriores en años completos.
El mandatario catalogó su emergencia nacional fronteriza como un éxito inmediato, asegurando que "los cruces ilegales han disminuido drásticamente" desde su declaración. "Oyeron mis palabras y decidieron no venir; así es mucho más fácil", añadió entre aplausos de los legisladores republicanos, mientras solicitaba al Congreso aprobar con urgencia fondos adicionales para implementar "la mayor operación de deportación de la historia de Estados Unidos".
La política comercial ocupó un lugar destacado, con el anuncio de aranceles del 25% a productos de México y Canadá, un incremento al 20% en los aranceles a productos chinos, y la advertencia de que impondrá "aranceles recíprocos" a la Unión Europea a partir del 2 de abril. "Los aranceles tratan de hacer que Estados Unidos vuelva a ser rico y vuelva a ser grandioso", defendió Trump, ignorando las advertencias de economistas sobre sus posibles efectos inflacionarios.
El presidente también dedicó extensos elogios a Elon Musk, presente en el hemiciclo, por su labor en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), asegurando que han identificado "cientos de miles de millones de dólares en fraudes" en el gobierno federal.
Un análisis de las falsedades: cuando los hechos contradicen al presidente
El discurso de Trump incluyó numerosas afirmaciones que no resistieron el escrutinio de los verificadores de datos. Entre las más significativas destaca la afirmación de que Estados Unidos ha entregado 350.000 millones de dólares a Ucrania desde la invasión rusa, mientras Europa solo ha aportado 100.000 millones. Los datos del Instituto Kiel para la Economía Mundial indican que EE.UU. ha destinado aproximadamente 120.000 millones, mientras que Europa ha asignado cerca de 138.000 millones en ayuda a Ucrania.
Trump atribuyó a Joe Biden "la mayor inflación de la historia de Estados Unidos", pero durante la administración Biden, la inflación alcanzó un máximo del 9,1%, muy lejos del 14,2% registrado durante la crisis del petróleo en la época de Carter.
Particularmente llamativa fue su insistencia en que los aranceles los pagan los países extranjeros, cuando en realidad los pagan los importadores estadounidenses, con costos que suelen trasladarse a los consumidores americanos, según confirman economistas de diversas tendencias.
El presidente mencionó una supuesta beca de 45 millones de dólares para "diversidad, equidad e inclusión" en Myanmar, pero esta afirmación parece basarse en una malinterpretación de las Becas Lincoln de USAID, diseñadas para apoyar a jóvenes que luchan por la libertad contra la dictadura militar en ese país.
Trump también exageró problemas administrativos al afirmar que "millones" de centenarios fallecidos siguen recibiendo beneficios del gobierno, cuando un informe de 2015 mostró que los pagos indebidos de la Seguridad Social solo continuaban para 13 personas que habían superado los 112 años.
Un Congreso dividido refleja un país fracturado
La recepción del discurso en el hemiciclo del Capitolio ilustró perfectamente la polarización política del país. Los republicanos interrumpían constantemente a Trump con aplausos entusiastas, poniéndose de pie en múltiples ocasiones para ovacionarlo. En contraste, los demócratas permanecieron mayoritariamente sentados y en silencio, algunos exhibiendo carteles con acusaciones contra Musk y Trump.
En un momento de particular tensión, un grupo de congresistas demócratas abandonó el recinto vistiendo camisetas negras con la palabra "RESISTE" en la espalda. El representante demócrata Al Green protagonizó una sonora protesta que llevó a su expulsión de la sala, acentuando el ambiente de confrontación.
La vicepresidenta Kamala Harris, sentada detrás de Trump durante el discurso, mostró gestos de desaprobación en varios momentos, mientras que el presidente de la Cámara, Mike Johnson, aplaudía entusiasmado las declaraciones presidenciales.
Wall Street reacciona con cautela mientras los aliados se inquietan
Los mercados financieros respondieron inicialmente con moderado optimismo al discurso. Los futuros del S&P 500 registraron ligeras ganancias durante la intervención, pero analistas de importantes firmas de inversión expresaron preocupación por las políticas arancelarias anunciadas.
Michael Schulman, director de inversiones de Running Point Capital Advisors, señaló que "los recortes fiscales y las deducciones por gastos de capital estimularán el gasto empresarial, lo que debería generar una reacción positiva de los inversores". Sin embargo, economistas del Wall Street Journal y de JPMorgan advirtieron que la política arancelaria podría provocar un repunte inflacionario en momentos donde ya se observan incrementos en el coste de vida.
Internacionalmente, las reacciones no se hicieron esperar. Tanto México como Canadá anunciaron aranceles de represalia tras el anuncio de Trump, despertando temores de una escalada en la guerra comercial. La Unión Europea convocó reuniones de emergencia para evaluar su respuesta a la amenaza de "aranceles recíprocos".
En cuanto a la política exterior, los comentarios de Trump sobre Ucrania generaron inquietud entre los aliados. El presidente aseguró haber recibido una carta del presidente Zelenski expresando su deseo de negociaciones (confundiendo un mensaje de Twitter con una comunicación oficial) y afirmó estar en "discusiones serias con Rusia". Su sugerencia de que Europa debería preocuparse más por el conflicto porque "tenemos un océano que nos separa y ellos no" fue interpretada como un posible abandono de compromisos con la OTAN.