Dos agentes de la Policía Nacional en Navarra rescataron en la madrugada del día 28 de abril a una mujer que cayó al cauce del río Arga en el barrio de San Jorge de Pamplona desde un terraplén de gran altura en la Calle Doctor Salva.
Un indicativo rotulado de la Jefatura Superior de Policía de Navarra se encontraba patrullando por esta zona con motivo de las fiestas del barrio cuando un vecino les alertó de que una joven había caído por un talud de unos cinco metros, quedando atrapada entre las raíces de un árbol a escasos centímetros de la corriente del río Arga.
Los policías tuvieron que entrar al agua para sostener el cuerpo de la mujer, que además tenía un fuerte golpe en el rostro debido a la caída. La misma no podía moverse ni levantarse ya que sus piernas se encontraban aprisionadas entre la madera y las maniobras para liberarla no podían realizarse con seguridad para los actuantes al encontrarse éstos entre el torrente del río y el talud de más de cinco metros de altura.
Por ello, ante la complicada posición de la víctima, su estado de salud y lo problemático del terreno, los agentes decidieron solicitar la asistencia de bomberos y servicios sanitarios para evacuarla con seguridad, permaneciendo mientras tanto en solitario junto a ella durante más de 20 minutos.
Una vez llegaron el resto de asistencias, los bomberos habilitaron una línea de vida por la que un médico se descolgó para valorar a la víctima. Posteriormente se aseguró a la mujer en una camilla rígida y se la evacuó con un sistema de poleas ideado por bomberos tras talar los árboles cercanos, colaborando aún así los agentes en todas las fases del rescate de manera activa.
De hecho ante la multitud congregada en los alrededores del lugar y la actitud de algunos de ellos, en evidente estado de embriaguez, los sanitarios solicitaron a los policías que escoltaran a la ambulancia hasta el Hospital de Navarra, donde la víctima quedó ingresada.
La rápida y decidida actuación de los agentes evitó que la joven sufriera lesiones de mayor gravedad ya que su intervención fue clave para evitar que la misma cayera a la corriente del río, de igual manera que el aviso del ciudadano anónimo arriba mencionado, fue imprescindible para salvar la vida de la joven.